viernes, 29 de marzo de 2024

El Evangelio de Judas: ¿Y si Judas no fuese un traidor?

 

El nombre de Judas es, sin lugar a dudas, un nombre prohibido. Ha sido sinónimo de traidor y objeto de vilipendio durante dos mil años. Sin embargo, hace algo más de quince, surgió un texto que vino a cambiar la visión de este apóstol. Unos textos que mostraban una imagen completamente diferente de Judas que lo colocaba, en realidad, como la mano derecha de Jesús. A aquel texto se le llamó «El Evangelio de Judas».

¿Queréis conocer su historia? Pues seguid leyendo.

En Egipto, a finales de 1970, como salido de la nada, surgió un misterioso manuscrito en copto que alguien había expoliado de una tumba. El texto llegó al mercado de antigüedades y de ahí, fue de mano en mano sin que nadie acabara por quedárselo. El tiempo pasó y, por desgracia, el manuscrito se fue deteriorando hasta que una comerciante de antigüedades suiza lo compró en el año 2000 para, poco después, cederlo a National Geographic a fin de que realizase un estudio.

El texto estaba tan deteriorado que fue casi un milagro que pudiesen descifrar su mensaje. Pero, allá por el año 2006, finalmente, saltó la noticia. Aquel manuscrito era, ni más ni menos, que El Evangelio de Judas Iscariote.

Se trataba, en realidad, de un texto gnóstico atribuido a la secta de los cainitas, un texto que bien podría englobarse dentro del mismo contexto religioso y místico que los encontrados en Nag Hammadi. Aunque el texto esté datado del siglo II d.C., se sabe que está basado en fuentes aún más antiguas del cristianismo primitivo.

En ese sentido, el gnosticismo era la principal fuente de pensamiento del cristianismo más iniciático, es decir, el más elitista y de mayor «pureza», solo reservado para unos pocos elegidos. Por tanto, parece lógico pensar que Jesús, probablemente, estuviese más cerca del gnosticismo que del cristianismo tal y como lo vemos hoy en día.

¿Pero quiénes eran los cainitas?

Pues los cainitas eran una secta gnóstica que, curiosamente, adoraban a toda persona que hubiese sido reprobada por Dios. De ahí que adorasen a Caín. ¿Y por qué? Bien, pues porque dentro del gnosticismo, el Dios de los judíos era el malo de la película. Me explico, para ellos el que nosotros conocemos como Yahveh no era el Dios verdadero, sino otro dios llamado Yaldabaoth o el Demiurgo, un dios celoso, soberbio, violento y orgulloso y, por tanto, por debajo del Dios verdadero. Este Demiurgo habría cometido el sacrilegio de encarcelar la esencia pura de Dios en la materia. Para entendernos, Yaldabaoth sería el culpable de haber enjaulado nuestras almas en una prisión de carne y hueso destinada, solamente, al sufrimiento y al pecado. De ahí que no podamos ascender al reino del Dios verdadero hasta después de nuestra muerte…  y solo si nuestra alma se ha mantenido pura.

Ahora entenderemos por qué los cainitas veneraban a todo aquel que le hubiese llevado la contraria.

Y aquí viene el quid de la cuestión. Imaginemos por un momento que Jesús cree en esto que hemos dicho a pies juntillas. Y que desea, por encima de todo, trascender a los cielos y mandar un mensaje a sus seguidores de que, el reino de Dios, está más allá de nuestro cuerpo y nuestras pulsiones más básicas. Pero, para eso, primero debería librarse de su carga más pesada: la prisión de su propio cuerpo. Y el mejor camino para hacerlo era pidiéndole a su mano derecha que lo entregase. Y ese no era otra que Judas.

Así, después de dos mil años usando el nombre de Judas como sinónimo de traidor, su Evangelio nos da una visión diferente que no solo limpia su nombre, sino que nos lo coloca como el mejor amigo y el discípulo más aventajado de Jesús, capaz de soportar, solo por amor y lealtad, una maldición que la ha perseguido hasta nuestros días.

Dicho esto, recordar a todos los que hayan llegado hasta el final de estas líneas que este artículo no narra «la verdad», tan solo lo que dicen esos textos. Y del mismo modo, no pretende cuestionar la fe de nadie, sino divulgar desde un punto de vista lúdico el descubrimiento de estos textos, lo que en ellos se decía y su relevancia a nivel histórico.

Si te ha gustado, no olvides darle a seguir a mi página (al ladito, a la derecha) y seguirme en redes sociales, ya que eso me ayuda mucho a continuar con mi labor.

 

Facebook:  https://www.facebook.com/SebastianGSancho

Instagram: https://www.instagram.com/sebastian.g.sancho

Twitter:      https://twitter.com/SebastianGSanch

 

EL CONTENIDO DE ESTE ARTÍCULO ES PROPIEDAD DE SU AUTOR. QUEDA PERMITIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL SIEMPRE Y CUANDO SE CITE FUENTE Y AUTOR.


No hay comentarios:

Publicar un comentario