Se dice de ellos que son el mejor amigo del hombre. Y todo aquel que ha
tenido uno en su hogar, confirmará la frase. Pero ¿desde cuándo llevan con
nosotros? ¿Cómo se convirtió un lobo depredador en ese compañero fiel que hoy
forma parte de nuestras familias?
Si queréis conocer la respuesta, seguid leyendo.
Pues, según la universidad de California, el perro lleva a nuestro lado
nada más y nada menos que 18.000 años. Este mismo estudio publicado en la
revista Science, con base en los análisis genéticos tomados de restos fósiles,
perros y lobos actuales, demuestran que el perro desciende directamente de los
antiguos lobos europeos. Y es que los lobos de fuera de este continente no
comparten coincidencias genéticas.
Como la mayoría de los mamíferos, los lobos son seres sociales. Hace 18.000
años los seres humanos éramos cazadores-recolectores, es decir, nómadas que
íbamos de aquí para allá sin un asiento fijo. La comida era escasa y la tierra
que nos acogía era un lugar duro y cruel. Cuando se conseguía cazar una pieza,
esta se compartía entre el grupo, se aprovechaba cuanto se podía de ella y
después se desechaban los restos. Esto era una constante y el lobo, que de
tonto no tenía un pelo, se dio cuenta de que si seguía la ruta que iban
trazando estos humanos, siempre hallaría restos que echarse a las fauces
(aunque solo fueran huesos que roer).
Así, los cachorros y los ejemplares más jóvenes fueron acercándose a los
grupos humanos. Al principio observándolos ocultos en la espesura, después
desde la linde que marcaba el fuego de las hogueras en la noche cerrada. Y,
aunque nunca podremos saber cómo sucedió exactamente, es probable que un «cachorro
humano» le ofreciera un pedazo de carne a uno de esos pequeños lobos que se
relamían en la distancia. Este cachorrito se acercó, al principio receloso.
Pero pasados unos segundos, movió el rabo y comenzó a comer de su mano. Fue en
ese momento, único en la historia de la humanidad, cuando nuestras existencias
quedaron unidas para siempre.
Estos grupos fueron tomando a los lobos más dóciles, mezclándolos con los
que tenían unas características mejores en relación a la tierra en la que
estaban o las necesidades con las que se encontraban… y así, poco a poco,
mediante la manipulación humana, el lobo europeo acabó convirtiéndose en lo que
es hoy en día: «el mejor amigo del hombre».
Dedicado a Chulo y a Tico, los reyes de mi casa.
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