Oportunidad es una palabra que suele
estar ligada a la esperanza de que algo nos suceda en el momento más conveniente
a nuestros intereses. Otra manera de asociar la palabra a esa esperanza la
encontramos en el término «segunda oportunidad», es decir, a la ocasión que nos
brinda el destino de conseguir nuestro objetivo, incluso habiendo fracasado una
primera vez.
¿Pero qué me diríais si os dijera
que, en realidad, la palabra oportunidad proviene del mundo de la mar y de la
marinería?
Si queréis conocer su origen, seguid leyendo.
Para descubrir la etimología de esta
bellísima palabra debemos ponernos en la piel de los marineros que se lanzaban
al mar a bordo de viejos cascarones y que afrontaban largas travesías tan solo
gracias a la fuerza del viento en sus velas. Así, una vez que salían a hacer la
mar, la única esperanza de un marinero era volver con las bodegas llenas y, por
encima de todo, arribar al destino sano y salvo.
Así, la palabra oportunidad u oportuno
provienen del latín opportunus. Esta
se compone a su vez de los términos op
(hacia) y portus (puerto), por lo el
significado real sería «hacia puerto». Así, esta palabra se usaba como sinónimo
de alegría o esperanza, ya que significa literalmente que la nao, tras haber
sufrido las inclemencias del oleaje, y tras Dios sabe cuánto tiempo sin ver
tierra, por fin ya se hallaba «orientada hacia puerto». El momento con el que
todo marinero sueña, con esperanza, cuando se echa a la mar.
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