VIKINGOS: Ni tan rubios, ni tan fieros. 1ª parte.

 

Cuando pensamos en los vikingos, de inmediato acude a nuestra cabeza la imagen icónica de un violento guerrero rubio, pálido, de ojos azul intenso. Además, y para rematar la estampa, probablemente lo imaginemos ataviado con un casco con cuernos y a bordo de un barco con las velas de rayas blancas y rojas. ¿Pero y si os dijera que esa imagen tiene mucho más de mito que de realidad?

Eske Willerslev, profesor de la universidad de Cambridge y director del Centro de Geogenética de la Fundación Lundbeck de la Universidad de Copenhague así lo atestigua tras un concienzudo estudio genético de más de 442 esqueletos tomados de yacimientos arqueológicos en Escandinavia, Rusia, Polonia, Reino Unido, Ucrania y Groenlandia y que ha sido publicado en la revista Nature.

Y lo que este señor ha venido a determinar es que los vikingos tienen un nivel elevadísimo de ascendencia de zonas del sur de Europa o incluso de ciertas regiones de Asia, además de los propios escandinavos. Por lo tanto, es una evidencia que, al igual que había rubios, también había un número enorme de perfil mucho más mediterráneo, es decir, castaños y de ojos marrones.

Del mismo modo, también comenta la falsedad del mito creado en torno a los vikingos y nos dice que en realidad se trataban en su mayoría de granjeros que, cuando la cosecha era inútil, se embarcaban a hacer rapiña, sí, pero también muchos de ellos lo hacían para comerciar con pieles, grasa de foca, colmillos, o cualquier otra cosa. Es de sobra conocido que, aunque sus incursiones eran rápidas, muchas veces se asentaban durante el invierno en la zona saqueada o incluso se quedaban allí, donde hacían familia y se mezclaban con la población autóctona, como ocurrió en la propia ciudad española de Sevilla.

Por ejemplo, la mujer que descansa en la tumba real de Oseberg, en Oslo, era descendiente de personas autóctonas de la zona del mar Negro.

Pero si llegaron a España, por supuesto también lo hicieron a las islas británicas, como demuestra el 6% de ADN vikingo entre la población del Reino Unido. Un porcentaje que podría parecer bajo, pero no tanto si lo comparamos con el de Suecia, que es del 10%.

¿Pero y lo de los cascos con cuernos? ¿Las velas a rayas? ¿Qué papel tenían las mujeres entre los vikingos? Pues si os parece, eso lo dejaremos para la semana que viene.

 

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