miércoles, 21 de febrero de 2024

La MUJER que se CORTÓ LOS PECHOS COMO PROTESTA

 

¿Imagináis la desesperación ante una injusticia que debe llegar a sentir una mujer para cortarse los pechos y servirlos en bandeja como señal de protesta?

Pues esta historia tuvo lugar en la India a principios del siglo XIX.

¿Queréis conocerla? Pues seguid leyendo.

La India es un país alucinante, repleto de tradición, leyendas, historia y, no nos olvidemos, la religión viva más antigua del mundo. Por desgracia, y como en todos los países y rincones del planeta, también hay cosas mucho menos amables.

La sociedad india se ha regido por un sistema de castas durante siglos; un sistema que incluso a día de hoy conserva sus vínculos con el pasado.

Estas castas delimitaban la vida de las personas hasta puntos insospechados, como por ejemplo en la vestimenta que podían portar.

Nangeli, nuestra protagonista, pertenecía a la casta de los dalit, la más baja de todas. A esta casta también se les llamaba «los intocables», porque se tenía la creencia de que solo el hecho de tocarlos ya contaminaban la pureza de quien lo hacía.

Era principios del Siglo XIX y en el Reino de Tranvancore si las mujeres querían cubrir sus pechos debían pagar un impuesto, el mulakkaram. De hecho, cuando más grande eran los pechos, más se pagaba.

Así, el pravathiyar (oficial de la aldea), en un momento en el que su marido no estaba en casa, visitó a Nangeli para reclamar su impuesto. Ella y Chirukandan, su marido, eran pobres. ¿Cómo iba a pagar por semejante disparate? Pero el funcionario insistió: la ley era la ley.

De modo que Nangeli, sintiéndose humillada y en un arrebato de furia, agarró un machete, se cortó los senos y se los entregó al recaudador del Rajá en una hoja de palma.

«Si no tengo pechos, no tengo que pagar el mulakkaram».

El hombre, aterrado, huyó despavorido de la casa. Cuando Chirukandan regresó se la encontró tirada en el suelo sobre su charco de sangre. Su esposa había muerto desangrada. Incapaz de soportar el dolor, celebró los actos fúnebres en su honor y, llegado el momento, se arrojó a las llamas de la pira funeraria para yacer eternamente a su lado. La leyenda lo marcará desde entonces como el primer sati masculino.

Sea esta historia real o pura leyenda, lo cierto es que las mujeres de las castas inferiores, inspiradas por Nangeli, se rebelaron y se alzaron en pie de guerra contra aquel impuesto absurdo, en lo que fue conocido como la Revuelta Channar. Sus protestas se mantuvieron a pesar de la brutalidad con que fueron reprimidas y aunque en 1859 el gobernador rectificó y permitió que cubrieran sus senos con toscas telas, las revueltas continuaron, y no fue hasta el año 1924 que, por fin a todas las mujeres, fuesen de la casta que fuesen, se les permitió cubrir su cuerpo sin tener que pagar por ello.

 

Si te ha gustado, no olvides darle a seguir a mi página (al ladito, a la derecha) y seguirme en redes sociales, ya que eso me ayuda mucho a continuar con mi labor.

 

Facebook:  https://www.facebook.com/SebastianGSancho

Instagram: https://www.instagram.com/sebastian.g.sancho

Twitter:      https://twitter.com/SebastianGSanch

 

EL CONTENIDO DE ESTE ARTÍCULO ES PROPIEDAD DE SU AUTOR. QUEDA PERMITIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL SIEMPRE Y CUANDO SE CITE FUENTE Y AUTOR.


No hay comentarios:

Publicar un comentario