No importa lo fuerte que seas, lo valiente o, incluso, lo poco que te
importe el mundo que te rodea. Todos, absolutamente todos, hemos tenido una
pesadilla en alguna ocasión. Y a todos nos ha atemorizado hasta lo más
profundo. Para muchas personas puede ser lo más cercano a imaginar el mismísimo
infierno y, para escritores de terror como un servidor, el lugar donde aparecen
las musas.
Pero sea como fuere, las pesadillas están ahí, como una extraña conexión con algo más allá, con un mundo inabarcable que apenas alcanzamos a atisbar. Pero… ¿de dónde viene la palabra «pesadilla»?
La Rae nos dice en su primera acepción que una pesadilla es
ensueño angustioso y tenaz. Sin embargo, es en su segunda acepción donde
encontramos el origen de su etimología: opresión del corazón y dificultad de
respirar durante el sueño.
El sustantivo «pesadilla» proviene del latín, de la
unificación de los términos pensare
que significa «pesar, sopesar o estimar» más el sufijo diminutivo «illa». Por
tanto, el significado de la palabra vendría a decir, literalmente «pesar
pequeño» o «pequeña opresión».
Pero este significado tiene un por qué. Hasta el siglo XVIII
se creía que el motivo de las pesadillas era que, durante el sueño, los
demonios se sentaban sobre nuestro pecho para no dejarnos tomar aire. Demonios
como los íncubos o los súcubos, por ejemplo, que, para colmo de males, se
aprovechaban de nuestra sexualidad a la vez que nos impedían respirar.
Así que, sí, la «pesadilla» es un diminutivo de la
«pesadez», esa misma que ejercían estos demonios al sentarse sobre nuestro
pecho. De hecho, en un principio no se llamaron pesadillas, sino «mampesadas»,
figurando una mano que oprime el tórax. De ahí derivó a «mampesadilla» y a la
actual «pesadilla».
Curiosamente, el término inglés «nightmare» (pesadilla en
español) guarda mucha relación. El sustantivo surge en la Edad Media, se cree
que sobre el siglo XI. Obviamente, night
significa «noche», sin embargo, es en mare
donde existen varias alternativas. El término proviene del antiguo germánico, y
tiene tres acepciones:
La primera nos dice que mare
se refiere a las zonas oscuras de la luna. Por tanto, night y mare nos
derivarían a la noche sombría, y al misterio que alberga nuestro satélite. No
obstante, no es la más aceptada.
La segunda, en cambio, nos hace referencia a que mare era como denominaban los nórdicos a
los íncubos, y por tanto nightmare no
sería más que ese íncubo que acude a nosotros durante la noche para robarnos la
tranquilidad del sueño.
Y la última, la más curioso, es la que dice que mare significa, simple y llanamente,
yegua. Probablemente, solo sea una polisemia, no obstante, la figura de una
yegua pálida que aparece durante la noche para cortarnos la respiración y
romper la calma de nuestro sueño ha sido tan evocadora ha servido de
inspiración para autores como el propio Borges o pintores como Johann Heinrich Füssli.
Dicho esto, desearos buenos sueños, que las pesadillas se
alejen de vuestro lecho y, sobre todo, de vuestro despertar.
Si te ha gustado, no olvides
darle a seguir a mi página (al ladito, a la derecha) y seguirme en redes
sociales, ya que eso me ayuda mucho a continuar con mi labor.
Facebook: https://www.facebook.com/SebastianGSancho
Instagram: https://www.instagram.com/sebastian.g.sancho
Twitter:
https://twitter.com/SebastianGSanch
EL CONTENIDO DE ESTE ARTÍCULO ES
PROPIEDAD DE SU AUTOR. QUEDA PERMITIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL SIEMPRE
Y CUANDO SE CITE FUENTE Y AUTOR.
Obra libre de derechos de autor.
Cuadro «pesadilla» de Johann
Heinrich Füssli.
No hay comentarios:
Publicar un comentario